domingo, 1 de enero de 2012

2012 guiños

Charlie llegó a vísperas del 2012 con un tremendo dolor: había perdido su zapato negro en el avión. Cuando se propuso encontrarlo las risas alrededor ya anunciaban el ocaso de su honor. Habría de bajar en Barajas, con el pie mullidito en un calcetín marrón asomando por encima de la escalera empapada. Previsiblemente, en Madrid llovía con buen viento un lento chaparrón de Navidad.
Nada fue peor que caminar en los pasillos escuálidos del aeropuerto, sabiendo que ni zapato ni nada, llegaría descalzo a su destino final.
Luego le esperaba el chasco terminal. La playa vaciada de turistas y él con un pie cambiado, de negro a naranja bombai.
Aquí estamos en la isla, en vísperas de Navidad. Charlie tiene bajo las sábanas un encuentro celestial, payasos colgados de los árboles que ululan la inefable verdad: ¡vive tus días contados! ¡vuela, ave de corral!
Nos aproximamos a la noche del 31 con un espíritu extraño, de mágico animal. Estamos persiguiendo a la luna con los botones lustrados, recién bañados. Y resulta ser verdad que estamos encantados, del ser occidental.
Lo hemos visto boca abajo, con dientes en la billetera por igual, moneda es lo mismo un muerto que un pescado, qué más da.
Así está Charlie cuando el 2012 empieza a despuntar. En los ojos aletas de pescado y en el alma, el silencio de los tiempos que están por terminar. A su alrededor, un millar de luces que brillan: gatos, perros, pájaros y gallinas salen de entre las sábanas con el nuevo día.
2012 guiños en tu honor, Charlie bala perdida, Charlie niño señor.