"Mujer martillo, hembra tecnológica y matemática genial busca macho emocional, sensible y comunicativo. Que le guste bailar, escuchar el ritmo del mar y pasar desapercibido".
El anuncio en el periódico llama mi atención y me hace reflexionar.
Son tiempos para cambiar, hay roles que reinventar, muros que derribar... y no todo está perdido. Desafiar lo establecido y abrirse a lo excepcional en el contexto más inesperado, son consignas para percibir el talento creativo en la cotidianidad más banal.
Yo estoy buscando un amante capaz de llorar las sobras de su marea menstruante y me entreno día por medio para sacar a mi teknogenio. Aunque a veces soy la de antes, junto a él puedo ser otra.
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