lunes, 9 de febrero de 2009

Hasta que los hijos os separen

"Cariñoooooo" escuchas la voz de tu marido con un rintintín especial, temblorosa y expectante. Luego oyes cerrarse la puerta, la maleta arrastrar a lo largo del pasillo y las llaves golpear la fuente de porcelana de tu abuela. Estás en el sofá con las piernas abiertas y la patata relajada, los músculos de las piernas te pesan toneladas. Tu marido asoma la cabeza por detrás de la puerta: "hola guapaaa", y luego te mira con ojos de ternero extraviado. "¿Qué pasa cariño, estás enferma?", tú le miras con ojos carniceros y le explicas que SU HIJO ha decidido caminar sobre tu cadáver, que estás hasta el moño de la casa y de trabajar como una posesa. Él levanta un paquetito que lleva colgado del brazo: "Es lencería fina, cariño. La compré en el Duty Free y es a juego con los zapatos...". "¿¿¿¿Qué zapatos????", alcanzas a gruñir antes de lanzarle tu pantufla con efecto boomerang, que lo deja tirado en el suelo y callado por un rato.
Hijos que llegan para quedarse y horrores maritales que se acomodan donde antes había un feliz noviazgo.

1 comentario:

OshoMaestro dijo...

Estimada Faustina:

Muchas gracias por tu blog.

Recibe un afectuoso abrazo.

Gonzalo

http://osho-maestro.blogspot.com/