"Sostén la mitad del cielo", te dice tu marido mientras aguanta con una mano la bola de cristal y con la otra el alicate. Tú tienes el pie apoyado en un barreño con el bebé adentro y no te fías ni un pelo. "¿Pero no ves que no puedo?", casi le gritas. Estás de los nervios. Esta noche viste en sueños a un hombre de piernas gordas con la billetera repleta de verdes. Luego fuiste a un lugar de alterne con tu hijo en la mochila, pero a la entrada del recinto te anunciaron que tendrías que caminar un buen rato para llegar al lugar de la fiesta. Y es que quieres bailar, descontrolar un rato. Amamantar, limpiar y cocinar no alcanzan a calmar tu sed de botellazo. Con la libertad de espíritu característica de la nueva hembra, le das un martillazo al tema: "!!!!!quieroooo trabajar de estrellaaaaa!!!!".
sábado, 10 de enero de 2009
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