Ya no sé por qué caminan mis pies, cuál es el motivo de tanto tiovivo ni si podré volver a verte alguna vez . Mi tiempo no es mío. Se lo llevaron las revoluciones y los avances de este siglo, ahora estoy sin pilas, sin paseo y sin sorpresas divinas. Todo está cronometrado en mi vida de cienpies obediente, desde el polbo matiné hasta el lavarme los dientes, pasando por tv3.
jueves, 27 de noviembre de 2008
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