viernes, 4 de julio de 2008

Peor el día que la noche

Has soñado que nadabas detrás de un joven bello y musculoso, hacia un escondite azul. Después del encuentro nacía vuestro hijo, un ser negro, peludo y diminuto. Cuando intentabas abrazar a tu querido bebé se te escurría como una pescadilla, dejando escapar chorretes de caca líquida por los cuatro costados. Al despertar estás sudando, el teléfono suena ensordecedor y las facturas amontonadas sobre tu escritorio te recuerdan las entregas atrasadas. No encuentras las llaves del coche y tu hijo berrea su grito de leche. La casa parece una aldea caribeña después del tsunami, el gato ha cagado en el sofà y ya no te quedan bragas limpias. Tu compañero te espera en un par de horas, presentable, para un importante encuentro de negocios con su jefe. Es pleno agosto, el sol bombardea sus rayos poderosos y estás blanquecina y sin depilar...
¿Qué es lo peor que te ha ocurrido desde que ingresaste en el maravilloso mundo de la maternidad?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Fausta!!!!!qué lindo es Yvo!!!!!!!!....me pregunto si seguís con tu pareja?, qué tal la paternidad???eh???, gran asunto!!!!!.

Pienso que la maternidad, está hecha de hilos más visibles que los hilos de la paternidad, es más raro para un padre encarar una función que nace fuera de su cuerpo, el aprendizaje se hace más artesanalmente. Es lo que pienso, por mi propia experiencia.

Los padres y las madres estamos enganchados a ideales sociales, lo que se espera de nosotros, pero en la historia de la humanidad ese rol, fue cambiando.....la posesión, la herencia....Ricardo Piglia dice que la filiación está marcada por la herencia!!! (Respiración Artificial. Ricardo Piglia.1980. Editorial Planeta)

Las mujeres, daremos lugar para ese tiempo necesario, de encuentro del padre con el hijo?.

El niño se hace lugar entre nueve meses de avatares, en el cuerpo de la madre, para que no nos olvidemos de él. Y ahí va el niño de encarnado en el útero, al corte del cordón, al destete, a largarse a caminar y andar por el mundo. Y el padre qué hace en ese tiempo, cómo le hace lugar al niño? De dónde sale que un padre deba querer al niño? por mandato? por moral? por deseo? porqué?.

O acaso las mujeres no sentimos la pérdida de lugares en lo social, cuando criamos al niño? (es subjetivo, pero se nos redobla el esfuerzo y las contradicciones, en lo laboral, cultural, etc., el niño pasa a ocupar el lugar que en los tiempos aquellos, ocupabamos en diversiones y libertades de todo tipo!! Y ahora, a veces, no quedan energías ni para hacer el amor!!).

Cómo es en lo íntimo esa pérdida de lugar para el padre, con respecto al amor que antes nadie interrumpía?. Qué es ser un hombre? un padre?....no lo sé. Habría que preguntárselo a alguno. Tal vez nos hagan un aporte a las madres contrareloj.

Tu amiga de Buenos Aires, que ya ve andar por el mundo a Martina de 26 y a Pablo de 30, y para quienes mi casa, sigue siendo el lugar de reunión y quienes se preguntan qué será ser madre y qué será ser padre, te abrazo a vos, a Yvo y a su papá:Adriana



Pd: si creés que esta libre asociación, que ni siquiera imaginé que estaría escribiendo este domingo en la mañana, es para tu blog, adelante, pegala!!!!!

Faustina Hanglin dijo...

Adriana!
Qué letras más bonitas de buena mañana... aquí ya es entrada la madrugada del lunes, a estas horas me parece que empieza otra jornada, muy íntima, aquella en la que puedo escribir largo y tendido, sin mirar el reloj, hasta que el cuerpo aguanta. Es de noche, pues, y oigo las olas. En la Cala Vadella, donde vivo, hay familias, niños y muchachada a raudales. Madres marroquinas me explicaron esta tarde su propia experiencia contrarreloj, cuando los maridos trabajaban 12 horas al día y ellas bregaban con dos o tres mocosos. Se les saltaban las lágrimas, de desesperación y desconsuelo.
Estuve pensando en tus preguntas, cuántas. Veo que el desconcierto en cuanto a los roles de género y a qué significa ser mamá o papá es planetario, al menos en las zonas modernizadas, industrializadas y globatilizadas.
Pues, en mi experiencia con el compañero que me acompaña, es padre el que sostiene. La madre sotiene al bebé y el padre sostiene a la madre. Este sustento incluye lo económico, lo logístico, lo emocional y lo afectivo. O sea, da techo y comida, colabora en las tareas de la casa y con el bebé todo lo que puede, abraza, mima, escucha, comprende. Creo que ser padres es en realidad ser cuidadores, cuidando expresamos ampliamente el amor. Y es padre quien da la posibilidad de crecer.
Creo que la sociedad moderna nos deja muy solos y abandonados en nuestras familias nucleares. Somos dos, y para criar niños hace falta una tribu!!! Ya no tenemos primos, tías y abuelas al lado, si no vecinos desquiciados. Tenemos horarios aterradores, expectativas de disfrute adolescente, vidas frenéticas.
Es cierto también que la filiación patrimonial existe, otra hilamenta de la paternidad, algo envenenada, tal vez. De estas cuestiones escribe Casilda Rodrigañez, una autora cojuda donde las haya. Pero me parece que el futuro traerá de nuevo madres jerarcas y herencias femeninas, que la incorporación de la mujer al mundo del trabajo se traducirá en mayores espacios de poder y representación simbólica.
Lo de las herencias es un lío... yo una vez me separé de un amante y le dejé mi biblioteca. Después de unos años nos volvimos a ver con enorme ternura y el me confesó con lágrimas en los ojos que le había dejado en herencia lo más importante. Así, algunos hijos heredan fortunas, otros talentos, fibras, vibraciones o locura.
Pensaba retomar el tema más adelante con una entrada para los padres... a ver qué nos dicen ellos. Creo que están en plena metamorfosis aprendiendo a tejer, calentar la pava, contar cuentos y mecer. Son cada vez más rosados, tiernos para comer. Te acarician el ala mientras pares, te miran embobados cuando estás por vencer y no tienen problema en aguantar al bebé para que vayas a estudiar hebreo o a remojarte los pies.
Qué bonito encontrarte en el blog, mujer.
Otro día hablaremos de las superabuelas, hadas contrarreloj dispuestas a dar reunión y tapar agujeros donde haga falta.
Gracias por los cariños y las palabras,
dulzura Faust

Diana dijo...

Qué bonitas palabras Faust!!

Diana dijo...

Qué no he terminado...las cosas que cuentas, las que cuenta tu anónimo, esa soledad que toda madre siente a veces, a pesar de estar rodeada (en teoría) y tener todas las comodidades posibles...esa soledad de criar a un hijo entre millones de personas, pero que a veces gritas y nadie te escucha. Esa soledad, que solo sabe acompañar el padre, la pareja, que está ahí, expectante, sintiendo y padeciendo el cambio, pero amando con locura a la vez...
Bellas palabras las vuestras.
Diana, Madrid