En estos tiempos de madres ministras y guerras siniestras cabe preguntarse si alguien ha visto alguna vez a un bebé de seis semanas. Si es así, alguien sabrá que aspecto tiene, qué pie calza y cual es su capacidad de autonomía. Se entiende que en estos tiempos de mamás laboriosas, dirigentes y lumbreras los bebés se emancipan de la teta apenas salidos de la panza. Y es que vienen educados, calladitos y obedientes, y apenas hay que llenarles la tripa. La pregunta es: si el modelo a seguir es nuestra ministra, ¿a qué edad les damos de comer minestra?
Cuéntanos qué tal te sienta el modelo Chacón y qué opinas sobre la minestra. Al trabajar e ir a la guerra a ganar medallas... ¿qué será del bebé de teta?
3 comentarios:
Los bebés de teta desaparecerán para dar lugar a cabezones con corbata y agenda militar. Recién nacidos ya sabran guerrear. Seremos cada vez más maChacones y en plena crisis energética, volverá la bomba nuclear.
Lo que pasa es que los antropólogos aun no le han explicado al mundo que "lxs políticxs" son una raza distinta, con otras características y con capacidades diferenciales!!!
¿Pero que delirio es este?? Hasta los padres deberían poder tomarse su buen tiempo antes y después del nacimiento de su hijo. Sin discusión.
Laura
Conozco una mujer que, con 45 años, ha renunciado a ser madre por su carrera profesional. Una gran amiga mía ha renunciado a sus aspiraciones profesionales para estar con sus hijas. Yo misma he tenido que renunciar a parte de mi para regalárselo a mi hijo. Me horroriza ver a la ministra. Me parece un gran engaño, sobretodo hecho desde donde está hecho. Es una gran campaña publicitaria: Una mujer puede ocupar lugares de gran responsabilidad y ser madre al mismo tiempo. Yo sé que una mujer puede comprometerse con el trabajo y parir al mismo tiempo, pero parir no es lo mismo que criar. Yo hice la opción de parir y después criar. La ministra ha renunciado a criar porque no se puede estar en Irak, en Pakistan o desfilando y criar al mismo tiempo. Yo no cáeré en su trampa. Es la gran campaña publicitaria de Zapatero y Chacón es su prima dona. Ella se lo pierde porque los niños no nos esperan. Somos nosotros los que, si queremos, tenemos que subirnos a su tren.
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